El lobby israelí en Bruselas es muy activo y está cada vez mejor organizado, defendiendo los intereses del Estado judío sean cuales sean, como hace con incluso mayor eficacia el lobby de Estados Unidos, al tiempo que ignora la cruda realidad sobre el terreno.
El Yediot Ajronot se hace eco de una carta abierta firmada por una veintena de eurodiputados, incluidos de España, que se dirige a los ministros de Exteriores de la UE para que en su próximo encuentro, previsto para hoy día 11, adopten medidas contra el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
Hace unos días Erdogan condenó el antisemitismo pero dijo que el sionismo también debería ser condenado como “crimen contra la humanidad”, así como la islamofobia y otras formas de racismo. Los firmantes de la carta dicen que no bastaría con un “rechazo” de Erdogan por parte de los ministros europeos y exigen una condena más dura.
Siguiendo la retórica al uso en esos ámbitos, y faltando a la verdad, añaden los firmantes que Erdogan ha puesto en juego “la misma existencia” de Israel, algo que Erdogan no hizo en sus declaraciones. Los eurodiputados dicen, además, que las palabras que pronunció el primer ministro turco contienen “odio”.
Ahora bien, cuando se reúnan hoy los ministros de Exteriores de la UE, deberían consideran las consecuencias que ha traído y trae el sionismo a la región, incluso 66 años después del establecimiento del estado judío.
Los ministros europeos deberían tener en cuenta, por ejemplo, que a los ciudadanos árabes de Israel, que en teoría están sujetos a las mismas leyes que los judíos, en la práctica se les impide casarse con ciudadanos palestinos de los territorios ocupados, y esto se hace como resultado del sionismo. Por supuesto, los ciudadanos judíos pueden casarse con quien les plazca ¿Aceptarían estos eurodiputados, o los ministros europeos que se reúnen hoy, que ciudadanos de sus países no se pudieran casar con extranjeros?
Son ciertamente muchas las cosas que podrían considerar los ministros de la UE derivadas de la aplicación del sionismo. Otro ejemplo: el alcalde de Nazaret Ilit, una ciudad vecina a Nazaret, no permite a la población árabe abrir un colegio para los niños de esta minoría, y apela para ello explícitamente al sionismo del estado. Las autoridades centrales no abren el pico, es decir no dejan que los árabes abran la escuela.
Quizás Erdogan se refería a este tipo de cuestiones discriminatorias, que se si aplicaran en otras partes seguramente se calificarían de “racistas”. ¿Les parece esto bien a los eurodiputados firmantes? ¿Creen que esta situación no se engendra por “odio”? ¿Y qué sugieren para resolver los cientos de problemas similares que se derivan de la aplicación del sionismo y que siempre recaen en el mismo sector de la población?
* Eugenio García Gascón, es corresponsal de Público. Ha trabajado casi ininterrumpidamente en Jerusalén desde 1991, el año de la Conferencia de Madrid, como corresponsal de varios medios de comunicación. Antes residió en Damasco durante cuatro años. Actualmente vive en el barrio de Rehavia, en el sector oeste, a un kilómetro de la ciudad vieja. Es un barrio que inicialmente, a partir de 1921, lo habitaron judíos centroeuropeos laicos que poco a poco han ido desapareciendo. Hoy en Rehavia se ven más y más religiosos, como ocurre en toda Jerusalén y en gran parte de Israel. Ha escrito Israel en la encrucijada. Crónicas e historia de un sueño imperfecto, y, bajo el seudónimo de Andrés Jal, es coautor de la novela Doce Olas, una intriga religiosa ambientada en Jerusalén y Barcelona.
Enlace: http://blogs.publico.es/balagan/2013/03/11/lobby-en-europa/