- La suspensión de las relaciones entre nuestras instituciones universitarias y las israelíes hasta que el Estado de Israel respete el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas, al tiempo que nos declaramos solidarios con todas aquellas personas -universitarias o no- que en Israel luchan valientemente en defensa de los derechos humanos, sociales y políticos del pueblo palestino.
- Establecer una suspensión temporal al actual acceso preferente que las universidades y centros de investigación israelíes tienen al Espacio Europeo de Investigación en virtud del Acuerdo de Asociación Euro-Mediterráneo UE-Israel. Esta suspensión no sería más que el cumplimiento de la propia normativa de la UE, que establece que dicho acceso está supeditado al respeto de los derechos humanos (artículo 2 del Acuerdo de Asociación).
Esta campaña, que se apoya en la exitosa experiencia del movimiento internacional de boicot al Apartheid de Sud-África y ha recibido el apoyo de destacados activistas como el premio nobel de la paz Desmond Tutu, de organizaciones judías como Jewish Voice for Peace y de un número creciente de académicos israelíes, ha demostrado ser una vía de creciente eficacia para que la sociedad civil internacional presione, mediante acciones no-violentas, a la comunidad internacional con el objetivo de hacer respetar los derechos de la población palestina. Dentro de la campaña BDS, el boicot académico nace como respuesta al apoyo institucional unánime de las universidades israelíes a las políticas de ocupación y apartheid contra la población palestina, que, entre otras cosas, se materializa en una estrecha cooperación con el ejército israelí y en políticas discriminatorias contra los estudiantes palestinos.
Como ha señalado recientemente el profesor israelí Ilan Pappe, “apoyar la campaña de BDS sigue siendo un acto drástico para un pacifista israelí. Lo excluye a uno inmediatamente del consenso y del discurso aceptado en Israel (…) Pero realmente no hay otra alternativa. Cualquier otra opción, desde la indiferencia, pasando por la crítica suave, hasta el apoyo total a la política israelí, es una decisión deliberada de ser cómplice de crímenes contra la humanidad” (The Case for Sanctions Against Israel, VV.AA, W.W. Norton & Company, 2012)
Por todo ello, desde la PBAI llamamos de nuevo a las autoridades académicas de las universidades del estado español, comenzando por sus rectores, a suspender las relaciones de las instituciones que representan con sus homólogas israelíes hasta que el Estado de Israel respete el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas.