De contraproducente a dañino o incluso desestabilizador. Estados Unidos no ha escatimado en calificativos para condenar la “muy preocupante” decisión del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, de adherirse a la Corte Penal Internacional (CPI).
La decisión de Abbas es “totalmente contraproducente” y no ayuda en nada a promover las “aspiraciones” palestinas de soberanía e independencia, ha advertido el Departamento de Estado norteamericano.
Es más, este paso “daña gravemente el clima” de negociación ya de por sí difícil e incierto con los israelíes, ha señalado el portavoz Jeff Rathke. Todo ello cuando, “cada mes que pasa sin una acción constructiva entre las partes no hace más que aumentar la polarización y crear más espacio para acciones desestabilizadoras”, advierte Washington.
Pese a la dureza de sus palabras, el Gobierno de Barack Obama no ha anunciado por el momento ninguna medida concreta contra los palestinos, pese a sus amenazas de emitir severas sanciones económicas.
Desde el Congreso, sin embargo, ya se alzan voces reclamando una respuesta contundente.
La congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Subcomité para Oriente Medio y el Norte de África de la Cámara de Representantes, ha exigido que el Congreso actúe para bloquear todos los fondos a la Autoridad Palestina “y a cualquier entidad de la ONU que reconozca el inexistente Estado Palestino”.
Una acción que debe respaldar la Casa Blanca, sostiene. “Es hora de que el Gobierno de Barack Obama le demuestre a Abu Mazen (Abbas) y la Autoridad Palestina que su conducta irresponsable y sus continuados esfuerzos para minar el proceso de paz tendrán consecuencias”, reclama Ros-Lehtinen.