miércoles, 6 de noviembre de 2013

Los Chicos de Hares

En violación del derecho internacional, el sistema penitenciario israelí le niega a los prisioneros palestinos, incluidos los niños, los elementos básicos para su subsistencia en materia de alimentación, higiene y otros. Esa política no sólo está diseñada para quebrar el espíritu de los prisioneros y sus familias: también pretenden arruinarles económicamente.


Esta es la historia de los Chicos de Hares: cinco adolescentes que están siendo torturados en una cárcel israelí bajo acusaciones falsas. Sus familias luchan para enfrentar el peso económico derivado de tener a sus hijos presos ilegalmente. Tu contribución puede ayudarlas a aliviar ese peso y, al hacerlo, a luchar por la justicia, los derechos humanos y la libertad de estos jóvenes.

A mediados de marzo de 2013, el ejército israelí invadió el pueblo de Hares en medio de la noche. Esposados y con los ojos vendados, fue la última vez que estos cinco adolescentes y compañeros de secundaria –ahora conocidos como Los Chicos de Hares– pudieron abrazar a sus madres. Desde entonces, están detenidos en una prisión israelí para adultos, violando el derecho internacional, en particular la Convención de los Derechos de Niñas y Niños.

Los chicos fueron arrestados después de un accidente ocurrido en una carretera cercana a su pueblo; en el coche viajaban una colona judía y sus tres niñas, una de las cuales resultó gravemente herida. Los adolescentes fueron acusados de haber causado el accidente por lanzar piedras. Ellos lo niegan, pero fueron forzados a firmar “confesiones” después de ser sometidos a continuos abusos, interrogatorios violentos, golpes, incomunicación y aislamiento durante tres semanas. El derecho internacional tiene un nombre para esto: se llama tortura.

Los chicos están acusados de 20 intentos de homicidio cada uno (uno por cada piedra supuestamente lanzada a los coches), sin que haya evidencia ni testigos reales del hecho. Se enfrentan a 25 años de prisión o a cadena perpetua en el sistema penal militar israelí, que condena a los niños palestinos en un 99,7% de los casos.



Además del enorme costo emocional, tener un familiar preso significa una pesada carga económica sobre las familias palestinas. Tal como han informado ampliamente organizaciones de derechos humanos locales e internacionales, el sistema penitenciario israelí deliberadamente incumple sus obligaciones de satisfacer las necesidades básicas de los prisioneros. La baja calidad y cantidad de la alimentación carcelaria obliga a los jóvenes a tener que comprar productos complementarios muy caros en la cantina de la prisión. Lo mismo ocurre con los productos de higiene tales como jabón o pasta de dientes. Las familias sólo pueden llevarles un paquete pequeño de ropa dos veces al año, en mayo y noviembre. Y hay requisitos específicos: la ropa sólo puede ser de color marrón, negro, rojo o blanco, y no tener bolsillos. Otras prendas y el calzado deben comprarse en la prisión a precios muy elevados. Además las familias deben pagarse el viaje a las audiencias judiciales y a la prisión. Los chicos de Hares están recluidos en Meggido, una cárcel de adultos fuera de Cisjordania (lo cual viola el IV Convenio de Ginebra que prohíbe trasladar los prisioneros al territorio del ocupante).

Los Chicos de Hares -Mohammed Kleib, Mohammed Suleiman, Tamer Souf, Ammar Souf y Ali Shamlawi- tienen hoy 16-17 años. Si el sistema militar israelí se sale con la suya, los jóvenes sólo podrán volver libres a sus hogares a la edad de 41 años -en el mejor de los casos. Pero si la justicia prevalece, regresarán a casa pronto.

Hasta que los jóvenes logren su libertad, tu apoyo económico ayudará a sus familias a lidiar con los altos costos de tener a sus seres queridos presos y lejos de ellas.

También puedes ayudarles presionando al tribunal militar israelí para que aplique principios de justicia en lugar de condenar a los chicos a pasar sus vidas en prisión por un crimen que nunca ocurrió: firma la petición por la libertad de estos jóvenes y difunde su caso. Apoyando la campaña por los Chicos de Hares estás ayudando también a generar consciencia internacional sobre el drama de los cientos de niños palestinos que cada año son procesados por los tribunales militares israelíes.

Contáctanos a través de esta página o en haresboys@gmail.com


EN QUÉ SE EMPLEARÁ EL DINERO

Los 2.000 euros serán repartidos por igual entre las cinco familias (2.000 = 5 x 400) para ayudarles a cubrir los gastos derivados de tener a sus hijos en la cárcel: viajes a la prisión o las audiencias, ropa, comida, medicinas, productos de higiene y otros gastos que deben efectuar en la prisión.

Cualquier excedente por encima de esta suma será igualmente distribuido entre las cinco familias.