Gilad Shalit, tanquista israelí en una fuerza de combate del ejército de ocupación, fue hecho prisionero durante cinco años. Este es el único caso israelí. No es posible en modo alguno entender, por tanto, cuál es el motivo que ha llevado al F.C. Barcelona a extender esta invitación al sargento Shalit mientras mantiene un silencio absoluto hacia los 4.660 prisioneros palestinos que están encerrados en las cárceles israelíes, entre los cuales hay 210 niños, seis mujeres y 20 diputados. De hecho, desde que la invitación se ha hecho efectiva, numerosas organizaciones solidarias con Palestina involucradas en la campaña de Boicot, Sanciones y Desinversiones a Israel en todo el mundo, incluida la Palestina ocupada, han manifestado su oposición tajante a que un miembro del ejército israelí, causante y colaborador en tantas muertes, asista al partido del 7 de octubre invitado por un Club de renombre y fama mundial como es el Barça. El soldado Shalit nunca se ha retractado de su participación en el Ejército de ocupación, ni de su actuación como tanquista de bombardeo con total impunidad en un territorio de 350 kilómetros cuadrados cerrados a cal y canto cuya población habita en la cárcel más grande e hiperpoblada del mundo.
La presión ejercida ha tenido su efecto en la Directiva del club blaugrana, que en un ejercicio falsamente conciliador y equidistante en el que se otorga la misma paridad moral a ocupantes y ocupados, invasores e invadidos, verdugos y víctimas, ha decidido invitar a dos futbolistas palestinos al partido. Uno de ellos, Mahmoud Sarsak, ya ha negado rotundamente que vaya a asistir por considerar, en palabras textuales, “inaceptable compararme con un soldado israelí y traicionar así a los miles de prisioneros palestinos que siguen en la cárcel”. En esta batalla por ganar una imposible posición equidistante, el FC Barcelona ha llegado a invitar a asistir al partido al Sr. Musa Odeh, Embajador palestino en España, el cual, desoyendo las numerosas voces que se han dirigido a él para pedirle que no asista, ha aceptado ver el Clásico Barça-Madrid junto a Gilad Shalit. Desde la RESCOP denunciamos también la actitud ‘normalizadora’ de la Autoridad Nacional Palestina que representa el Sr. Adeh y que acepte este falso gesto compensatorio de la directiva blaugrana para mantener un simulacro de proceso de paz mientras Israel incrementa las colonias y las políticas de ocupación en Palestina.
Cabe destacar, por otro lado, que el F.C Barcelona, como embajador de UNICEF que es, no puede maquillar iniciativas de solidaridad equidistantes tal como ha hecho en el pasado con niños palestinos y niños israelíes, y a la vez obviar el hecho de que haya 210 menores en prisiones del estado de Israel que organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado de manera reiterada.
Por todos estos motivos, desde la RESCOP pedimos a la Directiva del Fútbol Club Barcelona que vuelva a reconsiderar la invitación extendida al sargento Shalit y se haga actor de una paz con justicia y sin ocupación, y no cómplice de las políticas normalizadoras de un Estado ocupante como es el caso de Israel.
Por último, reiteramos nuestro llamamiento a toda la ciudadanía del Estado español a unirse a las campañas de boicot BDS y PACBI, en el convencimiento de que son un medio de lucha no violento, eficaz y adecuado para acabar con la ocupación de Palestina y con la discriminación de los palestinos con ciudadanía israelí, y lograr así el cumplimiento del derecho de retorno de las seis millones de personas palestinas refugiadas en todo el mundo.
Esta carta, que actúa como llamamiento para que el FC Barcelona no invite al sargento Shalit, se inscribe en las campañas de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra el Estado de Israel y la Campaña Palestina para el Boicot, Académico y Cultural a Israel (PACBI). Ambas iniciativas, surgidas de la propia sociedad palestina, piden el boicot internacional al Estado de Israel mientras no cumpla con la legalidad internacional y con los principios generales de los Derechos Humanos.
RED SOLIDARIA CONTRA LA OCUPACIÓN DE PALESTINA