Un poco de historia
¿Cómo comienza su tarea cómo representante diplomático de Palestina?Ha sido un largo camino. Soy un palestino refugiado. Un exiliado desde 1948 cuando el sionismo impuso, sobre la base de una ley jurídica internacional ilegal, que es la Resolución 181/II de Naciones Unidas su estado de Israel. Su estado judío sobre mi país; mi tierra; mi hogar y nuestras raíces. A partir de ahí comenzó un largo exilio para mi pueblo y para mí.
Desde el exilio y en la medida que fui tomando preparación y conciencia, y porque mi sangre no se volvió agua, comencé mi militancia en el Movimiento de Liberación Palestina Al-Fatah, dirigida por el comandante Yasser Arafat.
La tarea que me tocó en la Argentina no fue fácil. Es un país al que amo. Tengo mis raíces en Palestina pero mi corazón está compartido con Argentina, que es el lugar que permitió mi exilio, donde enterré a mis padres refugiados y donde nacieron mis hijos en el exilio.
Yo comencé abriendo un Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino a principio de la década del 80, años, en los que hablar de Palestina era símbolo de terrorismo o de personas no gratas que querían destruir a Israel. Se comprendía muy poco nuestra historia y nuestra tragedia. Yo trataba de explicar que en realidad no éramos nosotros quienes habíamos arrojado a los judíos al mar sino que eran los sionistas europeos judíos los que nos arrojaron al mar y nos convirtieron de ciudadanos en refugiados y se quedaron con nuestra patria.
Desde ese Comité, que tuvo una actividad interesante, se desprendió la apertura de una Oficina de Información Palestina en la ciudad de Rosario que fue el puntapié inicial para empezar a trabajar en el plano social, diplomático e intelectual, para que se comprenda y se respete el derecho del pueblo palestino, y la necesidad de abrir una representación oficial de la Organización para la Liberación de Palestina-OLP en la Argentina, mi principal deseo.
Con un trabajo importante en la concientización de nuestra historia, por decreto del Presidente Arafat, abrí la primera oficina de la OLP en Buenos Aires en 1990. Si bien había un principio de acuerdo entre el presidente Arafat y el presidente argentino el Dr. Carlos Saúl Menem, anticipado en Yugoslavia, la Argentina no nos dio esa oportunidad Para ese entonces ya había alquilado una buena propiedad e instalé a pesar de todo la primera Representación de la OLP.
El comienzo fue muy difícil. El no reconocimiento, agravado por los dos atentados (AMIA y embajada de Israel) en la Argentina y con anterioridad la invasión de Estados Unidos a Irak, donde el Presidente Arafat era aliado del Presidente Saddam Hussein, aunque no estábamos de acuerdo con una recuperación por la fuerza de Kuwait, no podíamos aceptar la destrucción de Irak y su pueblo. Toda esta situación no fue favorable para nosotros. Sin embargo, con insistencia en los medios de comunicación, con una presencia efectiva en los medios sociales, incluso con el Presidente de la Nación y la Cancillería, me permitió firmar el primer Acuerdo entre la OLP/ANP y la Argentina en enero de 1996.
Luego de la visita oficial del Canciller Guido Di Tella a Palestina en 1995, para saludar al Presidente Arafat en Gaza, donde tuve el privilegio de recibirlo junto al Presidente, se establecieron los primeros contactos y el Presidente Arafat me envío acreditado ante el gobierno argentino. Ese año presenté mis cartas credenciales. Al año siguiente, en 1996, Argentina establece el estatus y da lugar a la apertura de la primera Representación oficial de Palestina en el país, aunque a un nivel muy bajo y dentro de los organismos internacionales. Con el tiempo y los contactos, entre 1998 y el 2005 fui logrando aumentar nuestros derechos diplomáticos. Al finalizar mi misión en 2006, ya había logrado un reconocimiento casi a nivel de Estado, con precedencia protocolar del Embajador y la ubicación de Palestina entre los países acreditados en la Argentina.
Algo para destacar, es haber logrado que el presidente argentino en 1996, entregue en cesión un importante edificio de más de 1800 metros cuadrados para instalar la primera Embajada, cuyo reciclado no me resulto fácil: (http://www.suhailakeljerusalem.com/deoficina.htm). Así mismo y con base en los contactos y mi insistencia, el presidente Néstor Kirchner, firmó el decreto para la apertura de la Representación diplomática de Argentina en Palestina en 2005.
Arafat
¿Cómo fue su relación con el Presidente Arafat?El Presidente Arafat (Abu Ammar) es un mártir que entregó su vida por la libertad de nuestro pueblo. Fue nuestra conducción y nuestro comandante de la Revolución. Fue nuestro líder democrático; Presidente del Estado de Palestina y Premio Nóbel de la Paz. En lo personal ha sido mi maestro y mi guía en este camino que he llevado adelante en momentos muy difíciles y de fuertes censuras. Hoy hablar de Palestina en Argentina ya es políticamente correcto a diferencia de otros tiempos que tuve que superar con dignidad.
¿Se puede decir que tuvo una relación de amistad entre ambos?
El Presidente Arafat solía decir que éramos sus hijos. Él consideraba a todo el pueblo palestino como sus hijos. Recuerdo que en una entrevista que le hacen en El Cairo, una periodista le preguntó si el estaba casado y él dijo que sí, “con la mujer más hermosa que hay en la tierra que se llama Palestina”. Esto simboliza el sentido de amor por su pueblo.
Me siento orgulloso de haber sido embajador de Yasser Arafat, uno de mis grandes títulos. Evoco como se llenaron nuestros ojos de lágrimas en el primer reencuentro en Gaza luego de mi retorno en 1995 y el abrazo al decirle personalmente en 1996 en Gaza, del logro de haber obtenido un edificio para nuestra Embajada. Arafat fue una persona muy cálida.
Actualidad
¿Cómo ve la situación actual de Palestina?Actualmente es muy difícil luego del envenenamiento del Presidente Arafat por el criminal de guerra Ariel Sharón, que tomó la decisión de cercarlo en el Muqata’a, (presidencia). Nadie podía visitar al Presidente Arafat. No había presidente del mundo que podía llegar a él, ni cancilleres, ni embajadores, ni amigos y de sus cuatro médicos.
Israel permanentemente le cortaba la electricidad; el agua; el teléfono. Estaba prácticamente incomunicado. Prohibía las necesidades primarias y la entrada de sus medicamentos. Fueron tiempos muy espinosos desde diciembre de 2001 hasta que el 30 de octubre de 2004. Ya en un estado bastante deplorable de salud, carcomido por el letal veneno, le ganó la última batalla a su criminal Sharon. Con base en las negociaciones con el Presidente francés Jacques Chirac, este presionó a Sharón para que le permitiera al Presidente Arafat trasladarse a París para internarse y retornar a Palestina vivo o muerto. Algo que Sharon negaba. Esto fue interesante e importante. Israel quería que Arafat mueriera en Ramallah y decirle al mundo que murió un terrorista y no permitir que nadie asista a su entierro. Arafat sabía que moría y al internarse en París logró quebrar las intenciones de Sharon. Murió como presidente legítimo y democrático. Así lo fue para Francia y el resto del mundo con la excepción de Estados Unidos e Israel. Paris lo despidió como un mandatario de estado al igual que la ONU y cuando sus restos llegaron al Cairo, sobre una cureña fue despedido por jefes de estado; cancilleres; embajadores y altas personalidades, como corresponde a un Presidente y a un líder.
Finalmente cuando el helicóptero aterriza en Ramallah, su pueblo lo recibe clamándolo, donde muchos deben recordar esa imagen de miles y miles de personas llevando sobre sus hombros el ataúd del Presidente Arafat, manifestando el amor increíble que le tenía su pueblo.
A partir de esa instancia Sharon borra los acuerdos que firmaron con Arafat, para comenzar una nueva etapa, sin un liderazgo palestino, profundiza la colonización de Palestina con su política de apartheid y limpieza étnica.
En este momento nos encontramos con una Palestina absolutamente colonizada, donde Israel utilizó los acuerdos rubricados en Washington en septiembre del 93, no solamente para matar al líder Arafat sino también para matar al propio Primer Ministro israelí que firmó el acuerdo, Yitzhak Rabín, asesinado por un terrorista fanático israelí en 1995.
Hoy en Palestina hay más de doscientos veinte puntos de asentamientos ilegales con quinientos cincuenta mil colonos judíos en un territorio palestino fracturado y dividido por los asentamientos; los muros y los “check-points” (controles militares).
Otro de los temas sensibles es la profunda judaización de Jerusalén ocupada, que prácticamente la cercaron con sus muros de apartheid, alejándola de la sociedad palestina e intentando desplazar a su población palestina. Del mismo modo, están judaizando el Valle del Jordán, las sagradas ciudades de Hebrón y Belén. En esta última ciudad hace algunas semanas la autoridad de la potencia ocupante decidió construir un nuevo asentamiento con usurpación de parte de las tierras en Belén, partiendo y quedándose con un parte de esa antigua ciudad sagrada palestina.
Lo mismo ocurre con otras ciudades de la Ribera Occidental, además de tener cercada y hambreada a Gaza, donde prácticamente un millón seiscientos mil palestinos están en un gran campo de concentración a cielo abierto.
¿Cree que pese a todo esto ha avanzado la lucha mediática del pueblo palestino?, porque hoy ya se lo ve a Israel como un estado terrorista en muchas partes del mundo.
Sí. Esto se debe en gran parte al trabajo diplomático del Presidente Arafat y a nuestras dos grandes intifadas que han sido símbolo de nuestra lucha. Tanto la intifada de 1987, como la Intifada por Jerusalén en el año 2000, en la que se levantaron la piedra contra la potencia ocupante, el mundo comenzó a tomar conciencia a través de los medios televisivos que Israel ya no podía controlar, que había un pueblo que lejos de ser terrorista era un pueblo oprimido y ocupado que está luchando por su defensa; por su voluntad de ser libres, por la independencia de su país y es víctima del terrorismo de estado israelí.
En la Intifada de 1987 al igual que la del 2000 y hasta el día de hoy se pudo ver como niños, mujeres y jovenes enfrentaron con piedras y palos a los fuertemente armados soldados del ejército de ocupación israelí. Gracias a la Intifada de 1987, recuperamos nuestro verdadero nombre: palestinos, bastante vapuleado por Israel, que les agradaba llamarnos jordanos; libaneses; sirios; egipcios; americanos; rusos, etc.
Desde lo diplomático, se fue avanzando hasta llegar a los estrados de las Naciones Unidas, con el discurso del comandante Yasser Arafat en 1974, en la que sobresale su frase “Traigo en mi mano derecha una rama de olivo por la paz y en mi mano izquierda un fusil de combatiente por la libertad. No permitan que caiga de mi mano la rama de olivo”. Nuestra Revolución Palestina se fue consolidando hasta llegar a instancias muy importantes, donde la potencia ocupante tuvo que acceder a firmar acuerdos con la OLP y muy a su pesar, comenzar a reconocer que había un pueblo palestino y una resistencia dispuesta a independizar su tierra ocupada.
Por estos días hubo dos hechos escandalosos, uno del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Newt Gingrich, tratando de terrorista al estado Palestino, y otro en nuestro país de la Senadora Beatriz Rojkés de Alperovich, diciendo que en su condición de judía, iba a trabajar porque se conociera “la verdad” de Israel.
Lo de Newt Gingrich realmente es lamentable. Aberrante. Además muestra la política estadounidense, con su compromiso y relaciones carnales con el estado sionista. En su competencia en las presidenciales de 2012, con el Presidente Obama, el principal referente del partido republicano, Gingrich, con alto calibre racista dijo que “el pueblo palestino está inventado”. Es un hecho absolutamente anti semita contra el semita pueblo palestino, el que debe ser condenado. Lamentablemente no hubo una reacción internacional adecuada a esa muestra de racismo. Por su parte, Obama, doblando su apuesta en su discurso en el AIPAC, principal lobby judío estadounidense, el pasado 18 de diciembre, aseguró “La seguridad de Israel y el rechazo al Estado Palestino en la ONU”. Ambos agradaron al lobby judío estadounidense y se puede percibir que ambas candidaturas estadounidenses se disputan sobre la tragedia del pueblo palestino.
En cuanto a los dichos de la Senadora Rojkés de Alperovich, esperaba una reacción oficial acorde. No la hubo. Espero que en la búsqueda de la senadora sobre Israel, pueda descubrir el sufrimiento del pueblo palestino bajo la criminal ocupación israelí. Lamento estas aberrantes actitudes que poco ayudan a una paz digna.
¿Cuál cree que es el camino futuro en lo inmediato de su país?
Creo que ha pasado mucho tiempo. Son sesenta y tres años de ocupación, donde han borrado a Palestina de los Atlas. Generalmente en los mapas figura Israel y no existe la palabra Palestina, que es cambiada por la mal llamada Cisjordania. Son sesenta y tres años de catástrofe y de sufrimiento de un pueblo frente a la indiferencia internacional incluso hasta nuestros días.
Nosotros fuimos a pedir una silla a Naciones Unidas (ONU), mientras nuestro país está ocupado y destruido, y poco se consiguió en ese sentido. Si bien nos reconocieron e izaron la bandera Palestina por primera vez en la UNESCO, que es un paso importante y fundamental, porque es la principal organización en resguardar los lugares sagrados de Palestina, tuvieron hasta el momento poca reacción sobre los lugares sagrados ocupados, que son patrimonio de la vida religiosa, como las mezquitas que han incendiado en estos últimos días, las perforaciones debajo de la Mezquita de Al-Aksa en Jerusalén, con deseos de derribarlas y los ataques a los lugares sagrados para cristianos y musulmanes. Veo con buenos ojos todos los reconocimientos y manifestaciones de solidaridad, pero no podemos después de sesenta y tres años de ocupación seguir mendigando nuestras legítimas y milenarias tierras, mientras nos conforman con espejitos de colores.
Creo que si la ONU tomó la determinación, en esa resolución 181, de partir a mi país sin el consentimiento palestino, en ese momento conformada por cincuenta y nueve países, de los cuales treinta y tres votaron por la partición de mi país, sin saber siquiera dónde estaba ubicada Palestina. Hoy, una Naciones Unidas con ciento noventa y tres países, con distintos organismos y como ámbito de la discusión diplomática internacional, debe reconocer inmediatamente lo que decretó en 1947 cuando partió a Palestina para la creación de un estado judío y la continuidad de Palestina como un estado árabe.
No me parece que tengamos que ir a mendigarle al mundo el reconocimiento de nuestro Estado Palestino dándole lugar a los Estados Unidos a vetar esa decisión para algarabía de la potencia ocupante. La ONU debe tener la fortaleza de reintegrarnos nuestra patria usurpada por consecuencia de su resolución, exigiendo a Israel retirarse del territorio que ocupó en 1948.
A pesar de nuestro desacuerdo, para la ONU en su resolución 181, el Estado judío se debía crear con el 55 % del territorio palestino, sin embargo, se creó con el 78% incluyendo el sector occidental de Jerusalén en 1948. La ONU, cometió un nuevo error al reconocerlo en 1949 con ese porcentaje que viola su propia resolución y no reconoció al Estado Palestino. En el restante 22% tampoco pudimos establecer nuestro Estado Palestino independiente porque fue ocupado el sector de la Ribera Occidental por Transjordania (actual Jordania), mientras, Egipto se hizo de Gaza. Luego, en 1967, Israel ocupó la totalidad de Palestina, incluyendo el sector Este de Jerusalem.
Con dolorosas concesiones, aceptamos los acuerdos de Oslo, que nos significaba solo el 22% de nuestra tierra, sin embargo, Israel no respetó ni este ni los sucesivos acuerdos como los de El Cairo de 1994; de Washington de 1995; el de Wye River de 1997; la Hoja de Ruta de 2003, entre otros. Frente a estas violaciones de los acuerdos, debe el pueblo palestino seguir esperando, mientras Israel deliberadamente carcome y coloniza nuestras tierras día a día, frente a una indiferencia internacional incluyendo la de los regímenes árabes que solo muestran una verborragia solidaridad y poca acción para poner fin a la ocupación.
¿Usted dice que Israel no respeta el retiro de los territorios de 1967?
El Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en sintonía con los anteriores liderazgos israelíes jamás se mostraron dispuestos a retirarse de los territorios de 1967 y frente a su filosófica hipocresía de que están de acuerdo con un Estado Palestino, anteponen ilegalmente que Jerusalén es su capital innegociable, el Valle del Jordán es soberanía israelí y parte de las ciudades de Belén, Hebrón y Nablus, como territorio israelí. A eso se suman todas las tierras donde ellos tienen más de 220 asentamientos que cobijan a 550 mil ilegales colonos y las tierras usurpadas por el tramo de los 880 kilómetros de longitud del muro de apartheid, cuando la línea verde de 1967 es solo de 365 kilómetros de longitud.
Se puede seguir pensando en negociaciones justas, donde el mundo nos exige olvidarnos del 78% de nuestras tierras y entregar parte del 22% restante. ¿Cuál va a ser el Estado Palestino que solicitamos, fracturado y sin continuidad? El que terminará siendo servil a Israel.
Incluso medios israelíes han denunciado la limpieza étnica de los palestinos que viven dentro de Israel para que emigren de su territorio y por mucho menos que esto la ONU ha apoyado la destrucción de naciones como Yugoslavia por ejemplo.
Si, fue información del último plan de Netanyahu para erradicar a los palestinos de su territorio ocupado en el 48, hoy Israel. Pero además, es el plan histórico que quisieron implementar los líderes terroristas sionistas convertidos en gobernantes israelíes, como Yitzhak Shamir, Menahem Beguin y Ariel Sharon. Eso fue lo que impulsó una de nuestras intifadas, cuando en marzo de 1976, el pueblo palestino bajo bandera israelí en los territorios del ’48, cansado por la usurpación de sus hogares, las expulsiones masivas y condenadas a vivir bajo una presión militar se levantó en Galilea contra la limpieza étnica, quebrando la voluntad sionista de expulsarlos.
Es un sistemático plan sionista desde antes de la creación de Israel sobre tierras palestinas. No podemos dejar de lado que el terrorismo sionista borró a 418 aldeas y ciudades palestinas y echó al mar a 750 mil palestinos, en un largo exilio que aún no se reparó.
Actualmente están intentando de expulsar a los palestinos de Jerusalén y llevan su política de limpieza étnica en Gaza, víctima de dos guerras fratricidas en el 2006 denominada “Nubes de Otoño” y “Plomo Fundido” entre finales de 2008 y principio de 2009. Como parte de su limpieza étnica, están sus ‘asesinatos selectivos’, donde centenares de altos dirigentes palestinos fueron asesinados. Como es el caso del envenenamiento del Presidente Arafat, los líderes de Fatah, Abu Jihad y Abu Iyad, entre tantos otros: los asesinatos selectivos de los lideres de Hamas, Ahmad Yassin y Abdel Aziz Rantisi entre otros y los muchos de la resistencia palestina. Ninguno de estos israelíes responsables de crímenes de guerra fueron citados ante la Corte Penal Internacional.
¿Se puede hablar de genocidio?
Es un genocidio. Es el holocausto más largo que ha tenido la historia de la humanidad. Lleva casi setenta años de persecuciones, muertes y destrucción contra el pueblo palestino. Un holocausto que encendió Europa, para apagar su holocausto europeo judío. Es paradójico que el Museo del Holocausto en Israel, esta cementado sobre la masacre de palestinos en la aldea de Deir Yassin, cerca de Jerusalén en abril de 1948, uno de los principales detonantes para la creación de Israel y el exilio palestino.
Es una actuación similar a la de los nazis la de negar sus masacres
Yo no quiero hacer comparaciones, pero no puedo obviar que las organizaciones sionistas han tenido la mejor relación con el gobierno hitleriano. Recuerdo la visita en octubre de 1938 del sionista Arthur Hagen, Director de la Oficina de Asuntos Judíos de la SS y el jerarca nazi Adolf Eichmann a Palestina, negada su entrada por la ocupación británica. Siempre ha habido una relación importante entre los europeos judíos sionistas con el régimen nazi y el régimen fascista de Benito Mussolini por medio del sionista Vladimir Jabotinsky, en desmedro de los europeos judíos que se sentían parte de los distintos pueblos europeos, a los que no tenían nada que ver ni les interesaba ir a formar parte de un Estado judío que se estaba construyendo de manera ilegal en Palestina, ni ser partícipe del holocausto palestino que se estaba montando.
Hugo Delgado, Barranquilla, Colombia
Fuente: http://www.barranquillabierta.com/biblioteca-ba/el-palestino-es-el-holocausto-mas-largo-de-la-humanidad.html