domingo, 22 de septiembre de 2013

Egipto se suma a Israel como carcelero de Gaza. Una petición de protesta popular circula mientras los militares egipcios aíslan cada vez más a los habitantes de Gaza

Pam Bailey y Medea Benjamin.- Hubo un tiempo cuando grupos activistas que se concentraban en la ayuda a los palestinos en Gaza reservaban su lenguaje más duro y sus protestas a Israel, que ha prohibido desde hace tiempo tanto el tráfico aéreo como marítimo hacia y desde Gaza; limitado estrictamente el paso a través de su terminal Erez; y prohibido totalmente las exportaciones.

Mientras el movimiento hacia y desde Gaza a través del terminal egipcio en Rafa también era limitado, a pesar de todo era una cuerda de salvamento crítica para los palestinos que tenían que viajar, y para la ayuda humanitaria. De la misma manera, miembros del gobierno egipcio tenían a menudo un papel constructivo en la facilitación de negociaciones entre las diversas facciones palestinas, así como con organizaciones internacionales.


Sin embargo, en los dos meses desde que los militares egipcios tomaron el control, han dejado en claro que ya no servirán de “puente”. De hecho, como los militares y otros oponentes del derrocado presidente Mohamed Mursi culpan cada vez más a “elementos” palestinos por la creciente agitación y violencia, en particular en la Península del Sinaí, el gobierno interino de Egipto se ha aliado cada vez más con Israel en su estrategia y acciones – convirtiéndose en carceleros de los habitantes de Gaza en la misma medida que su vecino del este. Como informó The Washington Post “con la clausura de los túneles por el gobierno interino de Egipto respaldado por los militares y el cierre parcial de su propio paso de peatones en Rafa, Gaza está cada vez más separada del mundo”.

Como reacción, organizaciones que van de la Campaña Europea por el Fin del Sitio de Gaza al Arca de Gaza (una coalición internacional centrada en el fin de la prohibición de exportaciones por Israel) incluyen directamente a Egipto en sus mensajes. Una petición lanzada por una coalición de base que se llama Campaña Internacional para Abrir la Frontera de Rafa atrajo más de 1.000 firmas de todo el mundo en las primeras 24 horas. El objetivo de la coalición es recolectar 25.000 firmas y entregarlas a embajadores egipcios, Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos.

Estudiantes y pacientes abandonados a su suerte


Antes de que los militares de Egipto derrocaran a Mursi el 3 de julio, unas 1.200 personas por día cruzaban por Rafa, que era la principal ventana al mundo de Gaza. Desde entonces, la cantidad promedio de viajeros permitidos ha sido de solo 250 por día, cuando Rafa está abierto. Al escribir este artículo, Rafa ha estado cerrado durante seis días seguidos. El Observatorio Euro-Mid por Derechos Humanos calcula que por lo menos 10.000 palestinos están actualmente en la lista de espera para cruzar desde el lado de Gaza.

Muchos de los individuos abandonados a su suerte son estudiantes que tratan de llegar a universidades después de meses de esfuerzo para conseguir las pocas becas. Malaka Mohammed, una refugiada de 23 años, debe comenzar sus estudios de política y derecho global en la Universidad de Sheffield en el Reino Unido el 30 de septiembre, después de trabajar duro para obtener una beca parcial y de reunir fondos mediante una campaña en línea. Después de recibir cerca de la mitad de las donaciones necesarias, Mohammed se arriesgó y preparó su viaje al Reino Unido para el 18 de septiembre. Ahora se pregunta si todo el esfuerzo fue inútil.

“Gaza es realmente la mayor prisión del mundo y se empeora con cada día que pasa. Pensábamos que el cruce de Rafa era nuestra salida hacia la libertad y la felicidad. Pero se ha convertido en un sitio donde la gente pierde sus esperanzas”, escribió en Facebook.

Otros viajeros varados incluyen a personas que necesitan atención médica. Ashraf al-Qidra, portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, dijo a Reuters que 1.000 individuos por mes requieren atención médica en Egipto u otros países debido a las escaseces y otras dificultades en la Franja. Aunque médicos extranjeros viajan a menudo a Gaza para llevar suministros vitales y proveer atención, ahora no se les permite que pasen. “Hasta junio, habíamos recibido 60 delegaciones de doctores que practicaban cirugías para 1.000 pacientes. Ninguna delegación ha llegado desde entonces,” dijo Qidra a Reuters.

Los habitantes de Gaza enfrentan escasez de combustible


Aunque el 16 de septiembre se informó que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas había intercedido ante el gobierno interino de Egipto para que se abriera unas pocas horas para estudiantes y enfermos, los habitantes de Gaza no se mostraron impresionados. Shahd Abusalama, quien trata de partir para estudiar en Estambul, escribió el siguiente comentario: “Muchas gracias, Abas, por encontrar el tiempo necesario para pensar en nosotros y decidirse a entrar en acción. Nosotros, el pueblo palestino en la Franja de Gaza, apreciamos que finalmente tenga un poco de compasión por nosotros. La crisis no puede ser solucionada abriendo solo durante un par de días, cuatro horas por día. No es una solución. Si logran hacer pasar a 500 personas, ¿qué pasará con el resto? ¡Maldito sea!”

Ya no pasan los suministros


Actualmente el único camino para que bienes y suministros lleguen a Gaza es el cruce Kerem Shalom de Israel (Rafa no fue construido para manejar tráfico por camión). Sin embargo, el volumen permitido es muy inferior a las necesidades de la población (179 camiones por día, en comparación con cerca de 600 antes de que Israel impusiera el sitio en 2007). Por lo tanto, los túneles subterráneos de contrabando de Egipto a Gaza hay tenido el papel de una crucial “válvula de seguridad”. Según el Observador de Derechos Humanos Euro-Mid, las empresas de Gaza se han basado en los túneles para más de un 45% de sus insumos – incluyendo cerca de 7.500 toneladas de materiales de construcción por día.

No obstante, los militares egipcios han lanzado ahora una masiva campaña para destruir los túneles, sin un plan para permitir que los bienes entren por otra ruta. La operación parece formar parte de un esfuerzo a fin de paralizar Hamás –organización relacionada con la Hermandad Musulmana– que gobierna el enclave costero.

Fuentes locales dicen que un 90% de los túneles han dejado de operar; menos de 10 siguen abiertos, en comparación con unos 300 antes de las medidas egipcias. Como resultado de la destrucción de túneles y otras restricciones, dice el Observador Euro-Mid, un 60% de las empresas industriales han cerrado y el resto opera a capacidad parcial, dejando a más de 19.600 personas sin trabajo.

Un desafío relacionado es que los habitantes de Gaza han tenido que depender de combustible y gas barato, subvencionado por el Estado, contrabandeado desde Egipto (El gas israelí es dos veces más caro y por lo tanto no es asequible). Largas filas en las gasolineras, así como una dramática reducción en los coches disponibles para el transporte, son cada vez más la realidad en Gaza.

Yousef Aljamal, un joven empleado gazano de una ONG local, escribió en Facebook: “la crisis del transporte en Gaza se profundiza. Esperé media hora esta mañana para conseguir que me llevaran a mi oficina, sin tener éxito. Tuve que cambiar la ruta que tomo cada día, aumentando las tarifas que tengo que pagar. También tardé media hora en conseguir un viaje a casa. ¡Agotado!”

Con el incontenible humor de “ultratumba” de Gaza, otro amigo comentó: “Oí que nuestra compañía de electricidad va a hacer funcionar sus generadores con asnos – suena como una buena noticia: ¡energía verde!”

El 5 de septiembre, la Autoridad Palestina de Energía advirtió que la Planta de Electricidad de Gaza está en peligro de cerrar completamente por falta de combustible. Si la planta cierra, el resultado sería cortes de electricidad de 12 a 16 horas por día, en comparación con las actuales 8 a 12 horas, inhabilitando los sistemas de agua y de eliminación de basura, así como dejando incapacitadas muchas empresas.

Incluso más alarmante, advierte la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de la Ayuda Humanitaria al Territorio Palestino Ocupado, es el hecho de que los 14 hospitales y 60 centros de salud de Gaza han dependido de 250.000 litros del menos costoso combustible egipcio cada mes (así como para un 30% de sus medicinas y otros suministros que han llevado a través de Rafa).

Militarización de la frontera Gaza-Egipto


La noticia de que el ejército egipcio ha comenzado a aplanar y hacer volar en pedazos casas a su lado de la frontera cerca de Rafa es indicativa de hasta qué punto –y cuán permanentemente– está cambiando la situación en el terreno. La acción es el primer paso hacia la eliminación de obstáculos para una “zona tampón” de cientos de metros de ancho entre los dos lados, copiando la estéril tierra de nadie que Israel impone dentro de Gaza para impedir que los palestinos se acerquen a la frontera israelí. Funcionarios de Hamás dijeron a The Washington Post que los militares egipcios planifican cavar un foso defensivo a lo largo de la frontera y llenarlo de agua.

Mientras tanto, dos tanques del ejército egipcio cruzaron este mes por primera vez al lado de Gaza de la frontera; aunque no fueron lejos, se creó un precedente.

También están atacando a los pescadores de Gaza. El 14 de septiembre, las noticias confirmaron que fuerzas navales egipcias habían abierto el fuego contra y arrestado a dos pescadores en las aguas frente a Rafa. Fue la segunda vez en las últimas semanas en que las fuerzas egipcias abrieron el fuego contra pescadores de Gaza.

Como siguiendo el ejemplo de la nueva belicosidad de Egipto, los militares israelíes han comenzado a abrogar las concesiones mediadas por el gobierno de Mursi en noviembre de 2012, como parte de un cese el fuego que terminó ocho días de ataques israelíes contra la Franja de Gaza y fuego de represalias de grupos en el territorio.

Como parte del acuerdo, Israel había reducido la “zona tampón” a lo largo de su frontera con Gaza, de 300 a 100 metros. Sin embargo, después del derrocamiento de Mursi por los militares egipcios, agricultores informaron que se les disparó desde 500 metros de distancia. El Centro Palestino de Derechos Humanos documentó que durante julio y agosto Israel fue responsable por un cañoneo, 12 tiroteos y siete incursiones en la zona tampón ­– resultando en un muerto y siete heridos, incluyendo dos niños.

Parece evidente que mientras el mundo se concentra en Siria e Irán, Israel y Egipto trabajan en coordinación para “reescribir” los hechos en el terreno para Gaza. Es hora de que la comunidad activista internacional se movilice.

Pam Bailey es una periodista independiente y activista que ha vivido y trabajo en Gaza.

* Medea Benjamin es cofundadora de Global Exchange y Codepink: Women for Peace.

Fuente: http://www.aljazeera.com/indepth/opinion/2013/09/201391711394395976.html

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=174242

Traducido para Rebelión por Germán Leyens