Hemos tenido noticia de que el próximo mes de septiembre el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu será investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Murcia –UCAM-, a través de la cátedra de Ética Política y Humanidades, que dirige el ex presidente del gobierno español, José María Aznar, quien será el padrino del dirigente israelí.
Es de conocimiento público la situación de represión y violencia que el Gobierno de Israel, presidido por Netanyahu, despliega contra el pueblo palestino, tanto musulmán como cristiano, haciendo caso omiso de las resoluciones de Naciones Unidas y de las llamadas de la comunidad internacional.
El Gobierno de Israel cerca ciudades y pueblos, dentro de Cisjordania, con grandes alambradas de espinos, aislándolos completamente unos de otros. Está erigiendo, de Norte a Sur, un muro de 700 kilómetros de largo, para aislar y humillar al pueblo palestino. Soldados israelíes patrullan calles y mercados por las ciudades de Jerusalén, Hebrón, Ramalla…, atemorizando a la población palestina, cuya economía se ve estrangulada debido a la escasez de peregrinos y turistas. En algunas ciudades palestinas, los colonos israelíes han usurpado el agua para destinarla a sus nuevos asentamientos, que crecen sin cesar pese a la prohibición de Naciones Unidas.
Pero no es esta la actitud de todos los israelíes. En el Estado de Israel hay ciudadanos y ciudadanas, organizaciones e instituciones que están en desacuerdo con su Gobierno, condenan su política represiva y violenta contra el pueblo palestino, defienden el camino del diálogo un diálogo respetuoso con dicho pueblo y reclaman su derecho a la independencia.
Ante esta realidad, la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII y los Comités Oscar Romero del Estado Español manifestamos nuestro más radical rechazo al galardón concedido por la Universidad Católica de Murcia al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por considerarlo un insulto y un desprecio al pueblo palestino, un atentado contra los Derechos Humanos y una negación de la dignidad de este pueblo que habita con pleno derecho la tierra desde varios milenios. Nos parece un escándalo que una Universidad que se proclama católica actúe en contra de los más elementales principios de la Ética humanitaria y del Derecho Internacional y legitime actuaciones que lesionan los legítimos derechos del pueblo palestino. .
En la encíclica Pacen in terris Juan XXIII llamaba a cristianos y no cristianos a construir la paz fundada en la libertad, la justicia y el amor. Monseñor Romero denunciaba proféticamente la “paz” basada en la represión y el miedo, y hacía un llamamiento a respetar el derecho a una vida digna. Jesús de Nazaret clamaba, indignado: “¡Ay de vosotros cuando todo el mundo os alabe, porque eso es lo que hacían los antepasados de esta gente con los falsos profetas!” (Lc 6,26). El salmista judío defendía el encuentro entre Bondad y Lealtad y el beso entre Justicia y Paz (Sal 85,10). Contra los deseos del salmista, Netanyahu ha conseguido una alianza entre la injusticia y la violencia para destruir al pueblo palestino, legítimo habitante de esos territorios desde milenios.
Si la Universidad Católica de Murcia no quiere ser cómplice de la sistemática agresión del Gobierno de Israel contra el pueblo palestino, debe renunciar a la concesión del doctorado honoris causa al primer ministro israelí. Todavía está a tiempo.
Madrid, 7 de agosto de 2013