jueves, 10 de noviembre de 2011

Respuesta de José Mercé a la carta de la RESCOP

José Mercé.- "El próximo 29 de noviembre cantaré en el Museo de Israel de Jerusalén, en un concierto enmarcado dentro de las actividades organizadas con motivo del 25 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel. Dentro de estos actos también se incluyen la cesión temporal del Museo del Prado del óleo San Juan Evangelista de El Greco al Museo de Israel; la exposición de un centenar de dibujos, grabados y pinturas de Pablo Picasso relacionados con la tauromaquia en el Museo de Arte de Tel Aviv, o la programación de una semana de películas españolas en la Cinemateca de Tel Aviv. Antes, este mismo año, ha habido otros encuentros con artistas de las dos culturas, la mayoría relacionados con este aniversario: el español Diego Guerrero y el israelí Idan Rachel se unieron en el espectáculo Sefarad; el pianista Ilan Rogoff actuó en Mallorca en solidaridad con los enfermos de cáncer; el quinteto vocal israelí Carmel-A-Capella cantó en la Cúpula del Milenio de Valladolid; el rockero Berry Sakharof presentó en Madrid, Córdoba y Málaga un espectáculo inspirado en los textos del filósofo y poeta judeo-español Shlomo Ibn Gabirol; Noa cantó de manera altruista para ayudar a los afectados por los efectos del terremoto de Lorca… Podríamos seguir.

Por todo esto no puede dejar de extrañarme la polémica suscitada con motivo de mi actuación en el Museo de Israel. Me considero un simple emisario del flamenco, parte importante del arte y la cultura de mi país, como elemento que puede unir a los pueblos y lanzar un mensaje de paz y solidaridad, radical contra la violencia y la injusticia. Otros artistas con mayor eco global lo han hecho y continúan en la tarea de encontrar una vía de comunicación para resolver el conflicto entre Israel y Palestina. La palestina Mira Awad y y la israelí Noa lanzando juntas este mensaje en hebreo, árabe e inglés en Eurovisión 2009 son un buen ejemplo. Creo que el flamenco es uno de los mejores reflejos de la posibilidad real de diálogo y coexistencia entre personas y culturas y con ese espíritu, quizá utópico, he cantado, canto y seguiré cantando."