martes, 25 de junio de 2013

La Fiscalía Militar sigue negando las investigaciones sobre la tortura del ejército y la policía israelí

Ramallah, 20/6/2013.- A la vista de los recientes acontecimientos en el caso de Mohammad Halabiyeh, un niño que fue brutalmente torturado durante los interrogatorios en 2010, la Asociación Addameer de Derechos Humanos y Defensa de los Presos, confirma la política de la ocupación de negar investigaciones firmes de los casos en los que el ejército israelí ha violado los derechos fundamentales de los presos palestinos.


Mohammad tenía 16 años cuando fue detenido por la policía israelí de fronteras el 6 de febrero de 2010 en su ciudad natal de Abu Dis en las afueras de Jerusalén. Durante la detención, Mohammad se rompió una pierna y necesitó tratamiento médico de urgencia. En lugar de proporcionarle los cuidados necesarios, la policía de fronteras israelí lo mantuvo cinco días con interrogatorios; durante ese tiempo fue torturado, pateado y golpeado incluso en la pierna lesionada y fue amenazado de abuso sexual. Cuando lo llevaron al hospital, los interrogadores siguieron maltratando a Mohammad dándole puñetazos en la cara, le taparon la boca y lo golpearon con una barra de hierro. (Para obtener más información sobre su detención y tortura, por favor visita el perfil de Mohammad aquí:
http://palestina.webcindario.com/addameer/mohammad.html )

Como respuesta a esta espantosa tortura y malos tratos a un niño, Addameer presentó una denuncia a la fiscalía militar y al asesor jurídico general del gobierno de Israel el 13 de abril de 2010 para que investigara la tortura flagrante de un niño prisionero y se estableciera la necesaria responsabilidad de las autoridades. Addameer recibió una respuesta el 18 de abril de 2010 que decía que la denuncia efectivamente fue recibida, pero a pesar de varios seguimientos e intentos de llegar a una conclusión, Addameer no recibió respuesta a nuestra denuncia hasta el 18 de junio de 2013 -tres años y dos meses después de presentada la denuncia inicial y cuando el prisionero ya había sido liberado. En la respuesta de la fiscalía a la denuncia de Addameer, ellos cerraron el archivo sin ninguna investigación o reconocimiento de la tortura que el niño sufrió, y en su lugar, trasladaron el expediente a la policía de fronteras israelí. De la oficina del asesor jurídico, recibimos una respuesta el 10 de febrero de 2011 que decía que nuestra denuncia fue remitida a la unidad especial para investigar a la policía y la fiscalía militar. Después de más de tres años sin ningún tipo de investigación abierta en un caso tan flagrante de tortura, es evidente que las autoridades de la ocupación se niegan a pedir cuentas a aquellos que violaron los derechos de Mohammad.

Mohammad estuvo de juicio durante más de un año y fue sentenciado a 34 meses por haber arrojado presuntamente cócteles molotov. Mohammad cumplió su condena y fue puesto en libertad antes de que la investigación sobre la tortura se llevara a cabo. El caso de Mohammad Halabiyeh es un perfecto ejemplo de cómo los organismos de investigación abusan de su autoridad para provocar retrasos o impedir las investigaciones suficientes en los casos de violaciones de derechos humanos.

Según una investigación realizada por el Comité Público contra la Tortura en Israel, las 700 denuncias de tortura formuladas contra los interrogadores en los últimos 10 años se cerraron sin una investigación criminal. Además, muchos palestinos que son torturados se niegan a presentar denuncias por su falta de confianza en el sistema. Esto no es sólo una muestra de la apatía hacia el bienestar de los palestinos, sino que también revela la absoluta impunidad de las autoridades de ocupación por sus prácticas continuas de violación de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Hasta hoy, 73 detenidos palestinos han muerto por las torturas a manos de sus interrogadores desde 1967; el más reciente, Arafat Jaradat, un joven padre que estuvo detenido durante 7 días hasta ser martirizado en las celdas de interrogatorios el 23 de enero de 2013.

Addameer exhorta a las partes internacionales interesadas, incluidas las Naciones Unidas, la Unión Europea, las organizaciones de derechos humanos, los consulados y embajadas a ejercer presión sobre Israel para que cambie sus prácticas que violan los derechos humanos y el derecho internacional.

La falta de investigaciones internas de dichas violaciones graves de los derechos humanos confirma la importancia de los terceros Estados para que cumplan sus responsabilidades con los perpetradores responsables de tortura, como describen los artículos 146 y 147 de la IV Convención de Ginebra. Addameer pide a estos terceros Estados que desempeñen sus responsabilidades para poner fin a la impunidad de Israel.