Cuando Israel no mata con bombas lo hace lentamente a través del hambre, la malnutrición, las aguas envenenadas...
Gema Delgado, 22/06/2013.- La Franja de Gaza es una ratonera controlada por tierra, mar y aire por el ejército israelí. Por mar con fragatas a 3 millas de la costa. Por tierra con tanques que circulan constantemente por los 53 km. de frontera con Israel. Por el aire con drones, a los que se oyen pero no se ven, y F-16 que surcan el cielo sin tregua. La Franja es una lengua de tierra en la que sobreviven 1,8 millones de palestinos, con los que Israel juega como con cobayas en un laboratorio.
En este guetto de la Franja de Gaza, el 79% de los palestinos son refugiados, según la UNRWA. El 76% de los gazatíes viven bajo el umbral de la pobreza. El Territorio Palestino Ocupado de la Franja de Gaza, resiste bajo la asfixia económica a la que le somete la potencia ocupante. El gobierno israelí a penas permite pescar, ni cultivar la tierra, tampoco lograr un mínimo desarrollo industrial. En las operaciones militares bombardean las pocas fábricas de la Franja y nadie invierte en un objetivo a destruir en la próxima guerra.
Aquí el hambre, la escasez, la falta de suministro eléctrico, de gas, de agua y de medicinas no es la consecuencia de una catástrofe natural. El único tsunami que arrasa Gaza viste el uniforme del Ejército israelí. Cuando Israel no mata con bombas lo hace lentamente a través del hambre, la malnutrición, las aguas envenenadas, impidiendo el suministro eléctrico y la entrada de medicamentos.
Cuando la delegación del Partido de la Izquierda, encabezada por su vicepresidenta Maite Mola, visitó la Franja de Gaza entre el 7 y el 9 de mayo, los partidos de la izquierda palestina, los sindicatos y las asociaciones y organizaciones sociales con las que se entrevistaron, todos, les recibieron con los brazos abiertos. Están cansados de hablar con ONGs cargadas de buenas voluntades que ponen parches a un barco lleno de agujeros que hace aguas, pero no resuelven la situación. Esta vez era un Partido formado por casi 40 partidos de Europa, quien venía a escucharles y a preguntarles, ¿qué podemos hacer por vosotros?
El pueblo palestino lleva más de 60 años sufriendo la ocupación y la limpieza étnica. Junto a la resistencia palestina, la única solución para poner fin a la silenciosa, persistente y planificada masacre vendrá de mano de la presión política y económica a Israel, desde el trabajo desde las instituciones y organizaciones políticas internacionales, para obligarle a cumplir las resoluciones de la ONU que siempre ha ignorado. Por eso la visita del PIE se interpretó como una gran oportunidad para reforzar la lucha palestina desde un escenario clave para ganar esta batalla como es Europa.
La delegación del PIE la integraron cuatro miembros del grupo de trabajo de Oriente Medio: Christine Mendelson (Front de Gauche, de Francia), Costas Isychos (Synaspismos, de Grecia), Inger V. Johansen (Alianza Verdi-roja, de Dinamarca) y Karin Kulow (Die Linke, de Alemania), además de Maite Mola. Su objetivo fue conocer sobre el terreno las condiciones de vida del pueblo palestino.
La lucha no es sólo contra Israel sino contra el Imperialismo
Durante tres intensos días, el trabajo de la delegación se centró en fortalecer los lazos y la colaboración entre el PIE y los partidos de izquierdas de Gaza. Se reunieron con el Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP), el Frente Democrático Popular de Palestina (FDPP) y el Partido del Pueblo de Palestina (PPP). Todos ellos, en sus respectivos encuentros, coincidieron en que palestinos, europeos y los pueblos de todo el mundo, se enfrentan a un enemigo común, que es el capitalismo y el imperialismo, y que la única forma de combatirlo es desde el internacionalismo, a través de la unión de la izquierda para construir un fuerte contrapoder.
Así lo explicó Rabah H. Mohanna, del buró político del Frente Popular del Liberación de Palistina (FPLP), el tercer partido político de la Franja de Gaza: “La agresión israelí contra Palestina es la consecuencia de la histórica coalición de Israel con el capitalismo internacional. Nos estamos enfrentando contra el sistema capitalista”. Y pidió directamente apoyo político.
En esa línea continuó Mariam Abu-Daga, de la dirección del FPLP y reconocida internacionalmente por su lucha por la liberación de Palestina durante más de cuatro décadas. También insistió en la necesidad de “un gran frente internacional contra el imperialismo” y, recordó que “los palestinos, además de estar bajo la ocupación israelí, están bajo un régimen islamista” con las dificultades añadidas que suponen para las mujeres y las jóvenes.
Desde el Partido del Pueblo de Palestina (PPP), y desde el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), el análisis fue similar. Ambos insistieron en la necesidad de unidad de la izquierda para conseguir la liberación nacional. El líder del FDLP recordó que el Islam político es amigo del imperialismo americano y que está financiado por Qatar.
Muerte lenta
El 90% del agua de los acuíferos de la Franja no se puede beber. Sólo el 10% es potable. El problema no es la sequía. Una vez más, la miseria no viene de las inclemencias de la naturaleza. Mohammed al Bakri, director general de la Unión de Comités de Trabajo Agrícola (UAWC en sus siglas en inglés), denuncia que Israel hace pozos a los largo de la frontera de la Franja para secar los acuíferos de Gaza. Roba el agua que 1,6 millones de palestinos necesitan para vivir y cultivar la tierra. Según el Servicio de Aguas de los Municipios Costeros, la autoridad semipública que suministra el agua a 25 municipios, en 2016 todos los pozos de la Franja de Gaza se habrán secado. Los tres ríos naturales que recorrían Gaza desde el desierto hasta el Mediterráneo hace 20 años están hoy secos.
En la Franja de Gaza el 72% de la tierra de labranza está cerca de la frontera con Israel. Israel prohíbe a los palestinos acercarse a 300 metros de la frontera (antes fueron 1.500 metros), en lo que llaman zona tapón, aunque han tiroteado a 700 metros. Sus soldados patrullan por la carretera de la frontera constantemente y disparan todos los días, algunas veces para intimidar a los campesinos, otras para herirles, algunas para matarlos. Lo hacen desde los tanques y las torres de control, manipuladas a distancia a modo de drones terrestres.
La delegación del PIE presenció uno de esos ataques, en esta ocasión disuasorios y realizados desde una de las torres. Como parte de la denuncia internacional, y en apoyo a los campesinos, participaron como escudos humanos en una acción coordinada por la asociación Unadikum que organiza brigadas internacionales para proteger la vida de los agricultores durante la recolección de la cosecha. Ese mismo día, a pocos kilómetros, una brigadista italiana sintió cómo un proyectil pasó cerca de su cara. Unas semanas antes, una delegación de Izquierda Unida, encabezada por el eurodiputado Willy Meyer, recibió disparos de aviso. Y el cónsul español en Israel llamó para pedir que se retiraran, aunque se negaron a hacerlo. En otra ocasión, hace meses, dispararon a los brigadistas desde un helicóptero Apache.
El 33% de la población de la Franja de Gaza vive de la agricultura, profesión de riesgo mortal en este rincón del mundo. A sólo dos días del alto el fuego de noviembre de 2012, el ejército israelí mató a un campesino en una protesta contra esa zona tapón que ha establecido Israel alrededor de la valla de seguridad con Gaza. Desde el alto el fuego han matado a 5 campesinos y herido a 91. Otras veces, además de con disparos, han entrado con excavadoras militares blindadas para arrasar los campos agrícolas cultivados.
El director general de la la Unión de Comités de Trabajo Agrícola, lo dijo bien claro a Mundo Obrero: “Israel quiere una Palestina sin gente. No dejan que los palestinos tengan recursos: ni agua, ni tierra, ni alimentos, ni pesca.” También expresó su oposición a los túneles, por los que llegan productos muy caros y de mala calidad, y añadió que hay cientos de mujeres y hombres que sufren cáncer a consecuencia de la mala comida, del agua contaminada y que se mueren por falta de tratamiento ante la ausencia de medicinas. Mohammed al Bakri, tras un espléndido análisis político, social y geoestratégico, concluyó, una vez más, con que el problema es el imperialismo.
Zakarea Baker, pescador muy respetado entre todos los compañeros, contó que el 90% de los pescadores en Gaza son pobres o muy pobres. Los ingresos medios de un pescador palestino son de 100 euros al mes. De ellos vive una gran familia. Cuando no hay pesca, o los israelíes confiscan el barco, del que pueden vivir 25 familias, o lo destruyen, y no se puede salir a faenar, la dieta familiar se restringe a té y pan de baja calidad, con un mínimo de aceite, azúcar y leche de ayuda humanitaria.
Al concluir la visita, la vicepresidente de PIE, Maite Mola, denunció que a pesar de las constantes violaciones, no sólo a los derechos humanos sino al mismo derecho a la vida del pueblo palestino, realizadas a manos de los israelíes, la Unión Europea continúa manteniendo la relación de comercio preferente con Israel, convirtiéndose así en su cómplice. “Europa tiene que cambiar su política radicalmente para condenar las actuaciones de genocidio de Israel contra el pueblo palestino e impedir que los palestinos continúen siendo atacados por tierra, mar y aire con absoluta impunidad”. Maite Mola, en nombre del partido, se comprometió no sólo a llevar la voz de los palestinos en Europa sino a apoyar en la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones contra los productos israelíes, como forma de presión ciudadana.
Publicado en el Nº 261 de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2013