En un informe obtenido por el PIC el sábado 4 de marzo de 2017, la comisión de presos y expresos dijo que los médicos del servicio de prisiones israelí y los médicos israelíes que trabajan para las fuerzas de seguridad y los que trabajan dentro de los campos del ejército israelí, torturan a los prisioneros palestinos presionándolos psicológicamente y por abandono, dejándolos abandonados para hacer frente a las enfermedades que invaden sus cuerpos, sin tener en cuenta la forma y las enseñanzas de la medicina y las leyes internacionales y humanitarias de la profesión.
El informe afirmó que muchos prisioneros testificaron sobre la colaboración entre los médicos y los interrogadores para someter a los prisioneros palestinos a la tortura y que los médicos presentaron informes que indican que los prisioneros palestinos tienen capacidad para soportar la tortura y el agotamiento físico y psicológico y se negaron a proporcionar los medicamentos necesarios a los presos palestinos heridos interrogados en los centros.
El informe indicó que los médicos no se opusieron a las negociaciones de los interrogadores israelíes con los prisioneros palestinos de ofrecer medicamentos a cambio de confesiones, lo que confirma su participación en la tortura.
El informe, publicado por la comisión de presos y expresos reveló el hecho de que los prisioneros palestinos tienen que esperar durante mucho tiempo en las cárceles israelíes, durante períodos que a veces se extienden por años, para ser trasladados a hospitales para exámenes médicos, lo cual significa un crimen cometido por los médicos que trabajan en el servicio israelí de prisiones.
Algunos presos murieron y más tarde se reveló que su muerte se debió a negligencias médicas por no hacerles las primeras pruebas necesarias para identificar su enfermedad para luego proporcionarles la medicación necesaria.
Conspiración del sistema
El informe reveló que los médicos del servicio de prisiones israelí no llevaron a cabo sus responsabilidades con respecto a la realización de exámenes médicos básicos para los presos, que no se opusieron a que los prisioneros sean trasladados en camionetas Bosta, no en ambulancias, a los hospitales y que no presentaron informes acerca de la idoneidad de las condiciones de reclusión para la salud de los presos palestinos.
El informe agregó que hay un silencio absoluto y complicidad de los médicos, lo que abre la acusación de violar todos los principios y las leyes relacionadas con los servicios médicos, ya que abandonaron sus responsabilidades relacionadas con la prestación de asistencia sanitaria para los presos y de protegerlos del áspero, humillante e inhumano tratamiento.
El informe señaló, “Hay una supervisión planificada de estos médicos sobre las necesidades de los prisioneros palestinos que se relaciona con su salud, alimentación e higiene. Muchos de estos médicos se mantuvieron en silencio cuando los prisioneros palestinos fueron sometidos a malos tratos, tales como estar expuestos a golpes, ataques de gas lacrimógeno y la prohibición de las visitas familiares.
El informe dijo que los médicos israelíes no revelaron los resultados de las autopsias de los prisioneros palestinos muertos y tampoco los entregaron a los organismos oficiales palestinos, además de ocultar información sobre los errores médicos y los exámenes realizados a los prisioneros palestinos.
Según el informe los médicos del servicio de prisiones israelí fueron cómplices de la posición política del Gobierno de Israel, así como la del aparato de seguridad israelí, en muchos casos, como en la redacción de informes de rechazo a la pronta liberación de los presos palestinos enfermos y heridos, afirmando que su estado de salud era bueno, además de crear muchos obstáculos para denegar el acceso a otros médicos a las cárceles para realizar exámenes médicos necesarios para los presos palestinos enfermos.
A la larga… el nazismo
En el informe se mencionan una serie de ejemplos, que aclaran la complicidad de los médicos del servicio de prisiones israelí en desatender a los prisioneros palestinos que sufren de enfermedades graves:
- Un número de prisioneros palestinos falleció y más tarde se reveló que sufrían diversas enfermedades, incluyendo los prisioneros Maysara Abuhamdia, Fadi Al-Darbi, Zuhair Lubadda, Yasser Hamduna, Mohammed Al-Jallad, Ashraf Abu Zreei, Zakari Issa y otros.
- La renuncia de los médicos a intervenir en el caso de los presos que sufren problemas psicológicos y mentales por estar en régimen de aislamiento.
- El silencio de los médicos sobre los errores médicos que los prisioneros habían padecido, como lo que sucedió a prisionero Samer Abu Diak, que sufrió envenenamiento durante una cirugía para extirpar el tumor en el estómago en el hospital israelí de Soroka, el 3 de septiembre de 2015. A continuación entró en coma. Otro ejemplo fue lo que sucedió con el prisionero Thaer Halahli, que contrajo la hepatitis E después de ver al dentista el 16 de abril de 2013, que utilizó herramientas contaminadas en la clínica de la prisión de Askalan. Y lo que le sucedió a prisionero Othman Abukharj, que recibió una inyección "por error" en la prisión de Shata en 2007, lo que resultó en el sufrimiento de los prisioneros con hepatitis E.
- El silencio de los médicos por la detención continuada de presos enfermos en la clínica de la prisión de al-Ramla, que es peor que la cárcel en sí, y la falta de todos los requerimientos humanitarios y de salud.
- El silencio de los médicos sobre la alimentación forzada de los presos palestinos en huelga de hambre, con todo lo que eso conlleva en los riesgos para la salud, y la violación de la dignidad y los derechos de huelga de hambre.
- El silencio de los médicos sobre la obligación de los prisioneros enfermos del pago de las cuentas médicas, especialmente cuando se trata de la instalación de prótesis para los presos con discapacidad.
- El silencio de los médicos sobre obligar a los prisioneros a confesar bajo tortura y amenazas, especialmente a los menores de edad, y abstenerse de proporcionar información sobre los presos que fueron sometidos a malos tratos durante su detención e interrogatorio.
Según el informe, los médicos del servicio de prisiones israelí y las fuerzas de seguridad israelíes violan la Cuarta Convención de Ginebra de 1949 y las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas de 1955 para el tratamiento de los reclusos, relacionadas con la alimentación, la higiene y el cuidado médico de los prisioneros.
Los médicos israelíes violaron el documento de la Asociación Médica Mundial de 1956, que declaró que la tarea básica de los médicos es proteger la salud y salvar vidas.
Los médicos israelíes también violan la Declaración de Tokio de 1975, que explica el rol de los equipos médicos en la protección de los prisioneros y detenidos en la tortura, incluso si las autoridades tratan de obligarlos a ser parte de ella y que es su deber proporcionar a los prisioneros y detenidos la salud y la protección mental para el tratamiento de sus enfermedades con la misma calidad de la atención médica dada a las personas en libertad.
Fuente: Doctors with Nazi mentality torture Palestinian prisoners
Fuente: Palinfo.com, Rebelión (Traducido del inglés para Rebelión por J. M.)