

Capucci tuvo palabras de elogio para los fallecidos, a quienes definió como mártires, y aseguró que siguen vivos pues, aunque dieron su vida, la causa por la que luchaban es justa y por ello llegarán a convertirse en santos tanto para musulmanes como para cristianos.
El dramatismo de los relatos coincidió en señalar que musulmanes y turcos fueron los peor tratados por los asaltantes así como los numerosos heridos de bala que hubo desde el primer momento, en medio todo ello de un tremendo caos y el constante sonido de disparos.
Mustafá Batirhan señaló a Prensa Latina el lugar de la cubierta superior en que se hallaba cuando recibió tres impactos de bala y las 4 ó 5 horas que permaneció sin atención sanitaria, tiempo durante el cual murieron alguno de sus compañeros, pues los militares israelíes no permitieron que los médicos de abordo asistiesen a los heridos.
El activista español Manuel Tapial (en la foto) detalló el modo en que algunos de sus compañeros fueron maltratados por los soldados y la forma en que asesinaron a Furkan Dogan, de 19 años, quien fue duramente golpeado y varias veces tiroteado a bocajarro en la cubierta superior del barco.

Dimitris Plionis, miembro de la plataforma de apoyo a Gaza de Grecia, recordó la tensión de los momentos anteriores al ataque y el terror vivido al inicio del asalto cuando los militares comenzaron a disparar y a lanzar bombas de sonido y granadas, mientras los helicópteros sobrevolaban la embarcación.
Para Plionis resulta incomprensible que la comunidad internacional cierre los ojos ante las acciones del estado hebreo, “la flotilla iba a Gaza no a Israel, estábamos en aguas internacionales, es Israel el que vulnera la legalidad internacional manteniendo el bloqueo a Gaza y violando los derechos humanos de los palestinos”, explicó.
Pero los integrantes de la Flotilla también resaltaron el clima de camaradería y los momentos tan hermosos que vivieron juntos en los días previos al asalto, personas de países y culturas diversas, con idiomas y religiones diferentes, unidos por el deseo de llegar a Gaza y aliviar las dificultades de sus habitantes. En la madrugada del 31 de mayo al 1 de junio pasados, cuatro fragatas israelíes, apoyadas por dos submarinos y tres helicópteros, asaltaron la denominada Flotilla de la Libertad que portaba ayuda humanitaria para la asediada franja de Gaza, causando 9 muertos y 54 heridos.
219 días después de su partida el Mavi Mármara llegó ayer a Estambul, donde permanecerá abierto al público durante toda esta semana, convertido en un símbolo de lucha por los derechos del pueblo palestino y de denuncia contra Israel por los crímenes cometidos y su reiterada violación de la legislación internacional.
La Fundación de Ayuda Humanitaria IHH, propietaria del buque y organizadora de la Flotilla, tiene previsto reparar la nave y volver a convocar una expedición internacional rumbo a Gaza para la primavera de 2011.
Antonio Cuesta
Prensa Latina
* Antonio Cuesta es corresponsal de la agencia Prensa Latina en Turquía