lunes, 13 de octubre de 2014

Congreso Water Law, utilizado para lavar la imagen de Israel y ocultar el apartheid del agua. BDS Alacant y la Asamblea Universitaria Palestina-Alicante (AUPA) denuncian la utilización del Congreso Internacional del Derecho del Agua, en el que participará Henrique Cymerman, para vender la Marca Israel y ocultar el apartheid del agua al que somete a la población palestina.

A la atención de la organización, los patrocinadores y los comités de honor, científico y organizador, así como a las personas ponentes, moderadoras y otras participantes del Congreso Water Law 2014:

Alicante, 8 de octubre de 2014

Para los próximos días 21­ y 22 de octubre se ha anunciado la celebración en Alicante del Congreso Internacional de Derecho del Agua Water Law 2014, organizado por la Sección de Derecho del Agua del Congreso Provincial de Abogados de Alicante, y cuyo “programa técnico“ se desarrollará en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA). En dicho programa se abordarán aspectos como Acceso a agua y saneamiento. La gobernanza del agua en la esfera internacional (impartido por una representante de UNICEF), Agua y seguridad jurídica: conflictos y/o controversias a nivel internacional, Los derechos del ciudadano sobre el agua o, finalmente, Agua y salud. Calidad del agua: control jurídico en la esfera ciudadana. Por otro lado, en el llamado “programa social” se incluye la entrega del Premio Ramón Martín Mateo “Agua y Derechos Humanos”, que según se anunciaba ayer mismo, será entregado al señor Henrique Cymerman.

Llama la atención la inclusión en este contexto, la entrega de este premio y la intervención de este periodista bajo el título de “El milagro del agua en Israel”. Quien conozca someramente las políticas de Israel respecto al agua, y su relación con temas como los que se han mencionado más arriba, sabe que no se debería permitir que en un congreso de estas características, que se pretende jurídico y preocupado por los derechos humanos y los derechos de la ciudadanía en general, pueda haber una conferencia titulada “El milagro del agua en Israel”. Más bien procedería incluir sendas conferencias sobre “el expolio del agua por parte de Israel” y “la privación del agua por parte de Israel”. Tanto el título de la conferencia, como la condición del conferenciante y su presentación, invitan a pensar muy fundadamente que aquella se inscribe en una operación de “lavado de cara” de Israel.


Agua y violaciones de la legalidad internacional y los derechos humanos por parte de Israel


Desde su fundación, y en particular desde la guerra de 1967 y su ocupación de Cisjordania, Gaza, el sur del Líbano y los Altos del Golán, rechazada por las resoluciones de la ONU, Israel y sus colonias se han apropiado y se apropian de recursos hídricos que no le pertenecen, privando además a la población palestina autóctona de los territorios ocupados del mínimo vital necesario según los estándares internacionales e impidiéndole desarrollar, por otro lado, sus propias infraestructuras. Dejando a un lado la situación en el resto de los territorios y países, nos centraremos en exponer el “apartheid del agua” que Israel impone en los Territorios Palestinos Ocupados, Cisjordania y Gaza, y en ponerla en relación con el resto de las políticas de ocupación israelíes, que incluyen serias y persistentes violaciones de la legalidad internacional y de los derechos humanos.

En lo que respecta al pueblo palestino, en Cisjordania el acceso a las aguas de los ríos Jordán y Yarmuk es nulo, puesto que Israel lo impide (a pesar de que Cisjordania se sitúa en la Ribera Occidental del Jordán), mientras que del acuífero de Cisjordania, situado enteramente en territorio palestino, Israel, explota el 80% del agua. Israel impide el trasvase de agua del acuífero de Cisjordania a Gaza, a pesar de que el único recurso de ésta, como veremos a continuación, es absolutamente insuficiente para abastecer a su población.

Según un informe de Amnistía Internacional de 2009, “el consumo de agua medio de las palestinas y palestinos es de 70 litros diarios por persona (muy por debajo de los 100 litros recomendados por la OMS), mientras que el de las y los israelíes es de aproximadamente 300 litros”. Sin embargo, en muchas zonas rurales el consumo palestino apenas llega a 20 litros por persona. Además, como señalaba el informe, “tras más de 40 años de ocupación, entre 180.000 y 200.000 palestinas y palestinos no tenían acceso a agua corriente, incluso en ciudades y pueblos conectados a la red de agua”. En muchas ocasiones, la población palestina sólo recibe agua una vez a la semana o cada varias semanas. Mientras que las comunidades palestinas afrontan estas condiciones, las colonias israelíes de Cisjordania disfrutan de grandes cantidades de agua para la agricultura irrigada intensiva (actividad, recordémoslo, prohibida por la legislación internacional), para sus jardines y sus piscinas. Como señalaba el informe, “las 450.000 colonas y colonos israelíes, que viven en Cisjordania en violación de las leyes internacionales, reciben tanta o más agua que 2,3 millones de palestinas y palestinos”. Esta situación no se deriva más que del sinfín de restricciones y dificultades impuestas por Israel a la población palestina para todo lo que tenga que ver con el acceso al agua. Un verdadero “apartheid del agua”. Como concluía el informe de AI, “durante más de cuatro décadas de ocupación, Israel ha sobreexplotado los recursos hídricos palestinos, abandonado las infraestructuras de aprovisionamiento y sanidad del agua en los Territorios Ocupados, y utilizado estos como un depósito para sus residuos –causando daño a las aguas subterráneas y al medio ambiente”.

La tragedia de Gaza


En la Franja de Gaza la situación del acceso al agua es mucho peor que en Cisjordania. Ya antes de 2009, el acuífero costero del que Gaza obtenía todos sus recursos hídricos era insuficiente para cubrir las necesidades de la población, a lo que se añadía la infiltración del agua del mar y de las aguas residuales a causa de la sobreexplotación, lo que convertía al 90­95% del agua en “agua contaminada y no adecuada para el consumo humano”. Esta situación se debía, además de a la escasez en sí de los recursos hídricos, a la insuficiencia de las infraestructuras y materiales necesarios para mantener la red de aprovisionamiento y tratamiento de aguas. La insuficiencia de dichas estructuras tras largos años de ocupación directa por Israel se vio incrementada por las draconianas restricciones impuestas por Israel desde 2006 a la entrada de bienes de todo tipo en Gaza. A dichas restricciones se añadió la destrucción causada por la operación militar israelí Plomo Fundido, llevada a cabo en diciembre de 2008 y enero de 2009, que asesinó a más de 1400 personas palestinas y dejó heridas a cerca de 5.000: la red de distribución de agua y las plantas de tratamiento de aguas residuales, así como las instalaciones eléctricas necesarias para su funcionamiento, fueron seriamente dañadas por los bombardeos israelíes. Incluso los tanques y cisternas de agua particulares fueron sistemática y deliberadamente dañados por las fuerzas armadas israelíes. En determinados momentos, cerca de 800.000 personas se quedaron sin agua corriente, y las aguas residuales inundaron gran parte de la Franja. Meses después del cese de las hostilidades, se constató un importante aumento de los casos de diarrea debida al agua consumida y de hepatitis víricas, en particular entre las niñas y niños. En estas circunstancias, Israel mantuvo las fuertes restricciones a la entrada de bienes en Gaza, incluidos muchos de los necesarios para mantener la red de aprovisionamiento y tratamiento de aguas.

Muy recientemente, los esfuerzos de las autoridades palestinas y las agencias de la ONU por restablecer las condiciones de acceso al agua en Gaza han sido arruinados por la operación militar llevada a cabo por Israel en Gaza en julio y agosto de 2014, que asesinó, según la ONU, a 2.104 personas palestinas (1462 civiles, 495 de ellas niñas y niños) : de nuevo, gran parte de los pozos de agua y estaciones de bombeo, de las plantas de tratamiento de residuos, y de las instalaciones eléctricas fueron destruidas, dejando a 1,5 de los 1,8 millones de habitantes de Gaza sin acceso a agua en las condiciones sanitarias mínimas requeridas, según la responsable de la Oficina de Unicef en Gaza, Pernille Ironside.

Como muchos otros observadores, Amnistía Internacional ha considerado las restricciones por Israel al acceso al agua de la población palestina, “un instrumento de expulsión”. Con sus políticas relativas al agua, Israel viola el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ICESCR), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR), la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (ICERD), la Convención de la ONU sobre los Derechos de la Infancia (CRC), y la Convención de la ONU para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Pero las violaciones por parte de Israel del derecho internacional y los derechos humanos desbordan con mucho el ámbito relacionado con el agua. El Estado de Israel es el estado que más resoluciones condenatorias de la ONU acumula por sus violaciones del derecho internacional, que incluyen la ocupación de territorios, las políticas segregacionistas y la comisión de crímenes de guerra.

En este contexto, incluir en un congreso repleto de expertas y expertos legales, y plagado de referencias a los derechos de ciudadanía, los derechos humanos y la legalidad internacional, una conferencia denominada “El milagro del agua en Israel”, resulta algo más que hiriente. Constituye una contribución a lavar la imagen del Estado de Israel a los ojos de la comunidad internacional.

La campaña Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel


Ante la impunidad del Estado de Israel, y la inoperancia de la legislación y las instituciones internacionales de cara a hacerle cumplir con la legalidad, desde el año 2005 se desarrolla una campaña de la sociedad civil internacional por el Boicot, las Desinversiones y las Sanciones a Israel (BDS) hasta que Israel cumpla con la legalidad internacional y respete los principios universales de los Derechos Humanos. Esta campaña constituye un instrumento pacífico inspirado en la campaña que contribuyó a poner fin al régimen de apartheid en Sudáfrica, con el que la situación del pueblo palestino bajo la ocupación israelí guarda muchas semejanzas, identificadas desde un punto de vista jurídico. Cientos, tal vez miles, de instituciones y asociaciones de todo tipo en todo el mundo apoyan la campaña de BDS.

Dentro de la campaña general de BDS se inscribe la Campaña por el Boicot Cultural y Académico a Israel. Esta campaña, que ha sido apoyada hasta ahora por más de 1.300 profesoras/es e investigadoras/es (además de estudiantes y otras/os trabajadoras/es) en el estado español, se centra en boicotear a las instituciones académicas y culturales israelíes, y cualquier evento en el que participe el Estado de Israel o sea copatrocinado por él. Si bien rechaza el boicot a las personas israelíes en tanto que individuos “sobre la base de su identidad (ciudadanía, raza, sexo o religión) o de su opinión”, ningún persona “estará exenta de ser objeto de medidas de boicot de “sentido común” (más allá del alcance de los criterios PACBI de boicot institucional), que conscientemente la ciudadanía mundial pueda promover en respuesta a lo que perciba como una complicidad o una responsabilidad individual flagrante, o la defensa y la promoción de violaciones de Derecho internacional” y mucho menos lo estará “si es comisionada/reclutada para contribuir en los esfuerzos de Israel para “lavar su imagen””.

Los esfuerzos del Estado de Israel por “lavar su imagen” y el señor Cymerman.

Desde 2006, el Estado de Israel ha dedicado esfuerzos y fondos progresivamente crecientes, en gran medida destinados a contrarrestar el BDS, para “crearse una nueva imagen” o “una imagen positiva de Israel”. Los directores de esta campaña son, entre otros, el ministerio de Asuntos Exteriores y el ministerio de Turismo, su gasolina la financiación, y sus brazos ejecutores las agencias de publicidad y aquellas personas o instituciones israelíes o no que se prestan a ella mediando una financiación generosa. Se trata, según los promotores, de “crear una marca [Israel] desconectada del conflicto árabe­israelí, y centrada en sus logros científicos y culturales”, o bien en valores positivos como “construir el futuro”, su “vibrante diversidad” o “su celo emprendedor”.

Si se observa la persona elegida para hablarnos de “El milagro del agua en Israel” en el
Congreso Water Law 2014, y su manera de proceder, se percibe sin dificultad que encaja perfectamente en la campaña de lavado de imagen israelí: el señor Cymerman, nacido en Portugal, pero establecido en Israel, trabaja para varios medios de comunicación españoles desde hace muchos años. El señor Cymerman ha sido abundantemente criticado en España por su cobertura parcial, y a menudo falsaria, del conflicto palestino­israelí. Las últimas críticas le vinieron de sus propias compañeras y compañeros de profesión españoles, que denunciaron su difusión, sin aportar la menor prueba de ello, de la noticia de que Hamás utilizaba escudos humanos durante los ataques de Israel a Gaza en julio y agosto de 2014.

El 23 de marzo pasado, el diario israelí Haaretz informaba de que Cymerman había recibido 61.800 dólares de la Agencia de Publicidad del Gobierno de Israel, adscrita al Ministerio de Turismo, para la elaboración de 14 audiovisuales sobre la visita del Papa Francisco a Israel. Según dicha información, Cymerman había afirmado que no veía ningún problema ético en trabajar para una agencia del gobierno, y que estaba satisfecho de poder contribuir a las buenas relaciones entre el Papa y el pueblo judío e Israel. Al parecer, tampoco debió ver ningún problema ético en que la agencia mencionada hiciera una excepción en la práctica habitual de sacar a concurso los reportajes que contrata, y se los adjudicara directamente a él. En 2012, la Presidencia del Estado de Israel le había encargado redactar la biografía “actualizada” y autorizada del expresidente israelí Simón Peres. Ese mismo año, el lobby sionista disfrazado de organización para el combate del antisemitismo Anti­Defamation League, le concedió su premio Daniel Pearl, una distinción reservada a las personas más ilustres defensoras y propagandistas de las políticas del Estado de Israel, como Pilar Rahola.El texto del video es de un cinismo extraordinario. En él, Cymerman, con un tono modesto, destaca la importancia de que “los abogados sirvan a la sociedad ahondando en materias vitales, en este caso con un bien tan importante como el agua. La escasez del agua debido a su contaminación y a otros motivos y al deterioro constante de su calidad han hecho necesaria esta iniciativa”. Y enfatiza “para alguien que vive en Oriente Medio les puedo decir, con más motivo, que el agua es realmente el “oro blanco” real” [sic]. Cymerman menciona la existencia de un conflicto en Oriente Próximo y su relación con el agua,pero se sitúa como un modesto y apesadumbrado observador pese a trabajar como periodista allí desde hace más de 20 años: “el agua, su regulación, la distribución y planificación es otro de los principales conflictos en Oriente Próximo. No faltan conflictos aquí, como estamos viendo este verano, con todas las guerras entre Gaza e Israel, y yo intentaré, con mi participación en el congreso, dar una visión sobre este tema”. Anuncia que en su intervención no sólo mencionara los conflictos, sino también “las soluciones planteadas en esta región para el futuro”: las soluciones, imaginamos, inspiradas en “el milagro israelí” que da título a su conferencia.

La parte probablemente más sincera del discurso de Cymerman es aquella en la que afirma estar muy agradecido por ser invitado a “un congreso de estas características”, con presencia de organismos “como el Banco Mundial” (que ha financiado un gran número de infraestructuras destruidas por el ejército israelí, aunque en realidad no aparece ningún representante suyo en el programa) o Unicef­España (en cuya página web puede encontrarse un resumen de la monumental destrucción causada en Gaza en julio­agosto de 2014). Finalmente, Cymerman asegura que “en la organización del congreso se está haciendo un esfuerzo muy grande” (¿cómo lo sabrá?, ¿a qué se referirá?), y anima a quien le escuche, “de verdad” a inscribirse en él.Desde BDS­Alacant y desde la Asociación Universitaria por Palestina de Alicante (AUPA) llamamos a todas las personas organizadoras, participantes, colaboradoras y asistentes al Congreso Water Law 2014 a expresar su disconformidad con la participación del señor Cymerman en dicho congreso, y solicitar su exclusión de él, o bien abstenerse ellas mismas de participar, por la evidente adscripción de la conferencia del señor Cymerman, ya sea de manera contractual o por iniciativa propia, a los esfuerzos de propaganda del Estado de Israel para ocultar o minimizar su responsabilidad en las violaciones de la legalidad internacional y los Derechos Humanos cometidas en los territorios ocupados palestinos. Planteamos a las personas e instituciones a las que nos dirigimos que consideren si podrían ser utilizadas para avalar o “lavar la cara” a dichas violaciones, y les sugerimos que pongan su grano de arena para acabar con ellas. Resultaría particularmente sangrante que en dicho congreso, en su actual configuración, participara la Responsable de Cooperación y Emergencias de Unicef­España.

Como señaló recientemente Marjorie Cohn, expresidenta de la asociación de abogados norteamericana National Lawyers Guild, y miembro de Jewish Voice for Peace,

“A menos y hasta que Israel acabe con su brutal ocupación de los territorios palestinos, garantice la igualdad plena a todo su pueblo –incluidas palestinas y palestinos­, y reconozca el derecho de las refugiadas y refugiados palestinos a regresar a sus casas, el movimiento no­violento BDS continuará creciendo y paralizará la economía israelí. Un sistema basado en la desigualdad y la opresión no puede sobrevivir”.

BDS­Alacant y AUPA
Facebook: BDS Alacant / Twitter: @BDSAlacant
E­mail: bdsalacant@gmail.com / Teléf: 666139807


Palestina: Ocupación gota a gota por SODEPAZ

 SE ADHIEREN AL LLAMAMIENTO:

  • RESCOP ­ Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina
  • Acsur Las Segovias
  • Asociación Al­Quds de Solidaridad con los Pueblos del Mundo Árabe (Málaga)
  • Asociación Andaluza por la Solidaridad y la Paz ­ ASPA
  • Asociación de Amistad Palestina­Granada «Turab»
  • Asociación Hispano Palestina Jerusalén (Madrid)
  • Asociación Pro­Derechos Humanos de Andalucía
  • Asociación Unadikum
  • BDS Catalunya
  • BDS País Valenciâ
  • Castelló per Palestina
  • Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (Madrid, Asturias)
  • Comité de Solidaridad con los Pueblos ­ Interpueblos (Cantabria)
  • Comunidad Palestina de Valecia
  • Comunidad Palestina en Canarias
  • Comunitat Palestina de Catalunya
  • Coordinadora de apoyo a Palestina (La Rioja)
  • Ecologistas en Acción (Confederal)
  • Fundación IEPALA
  • Fundación MundubatGipuzkoako palestinaren aldeko plataforma
  • Grupo BDS Madrid
  • Izquierda Anticapitalista
  • komite Internazionalistak (Euskal Herria)
  • MEWANDO (Euskadi)
  • Movimiento Solidaridad Internacional Catalunya ­ ISM Cataluña / Valencia
  • Mujeres en Zona de Conflicto ­ M.Z.C.
  • Mujeres por la Paz ­ Acción Solidaria con Palestina (Canarias)
  • Palestinarekin Elkartasuna (Euskal Herria)
  • Paz Ahora
  • Paz con Dignidad
  • Plataforma de Solidaridad con Palestina (Sevilla)
  • Plataforma Palestina Ibiza
  • Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid
  • Red de Jóvenes Palestinos
  • Red Judía Antisionista Internacional ­IJAN
  • Sodepau
  • Sodepaz
  • Sodepaz Balamil
  • Taula per Palestina (Illes Balears)
  • Xarxa de Solidaritat amb Palestina de Valencia
  • PBAI­ BDS Académico por Palestina
  • Autónom@s por Palestina
  • Comunidad Palestina de Valencia
  • Rumbo a Gaza
  • Asociación Palestina Biladi